El Hijo del Hombre de Dn 7 como Sumo Sacerdote


He estado leyendo un artículo de C.Fletcher-Louis llamado “The High Priest as Divine Mediator in the Hebrew Bible: Dan 7,13 as a Test Case”…me gustaría recalcar las ideas que he subrayado.   Recordemos que en la visión del profeta se contemplan "cuatro animales enormes, diferentes entre sí, que emergieron del mar" (Dn 7,3). Cada una de estas bestias representa un imperio opresor del pueblo de Israel a lo largo de su historia. Luego de describir a las bestias, Daniel tiene una visión de Dios sentado en su trono en el santo de los santos celestial. Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros (Dn 7,9-10). Finalmente, el visionario contempla a una figura humana-angelical, quien como un Hijo de hombre;él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido. (Dn 7,13-14). Esto supone el triunfo de esta figura sobre los imperios del mal. La consumación de la historia del pueblo de Israel.


Respecto a esta visión C. Fletcher-Louis llama la atención sobre distintos aspectos. Primero, el autor señala que el trasfondo para entender la visión de Dn 7 es el triunfo de Dios sobre las fuerzas del caos, un antiguo mito del oriente medio. Detrás de esta visión se encontraría lo que los estudiosos de los mitos cananeos han llamado chaoskampf  y que se haría  presente en la memoria del pueblo a través de algunos momentos del ciclo litúrgico del segundo templo como lo atestiguan el caso de varios salmos (como el Salm 24; 29; 65; 89;93; 104); en la importancia de Dios como rey en los festivales judíos del Nuevo Año; y en la conexión entre estos dos elementos en Zac 13-14. El primer punto por lo tanto es señalar que para entender la visión de Dn 7 no sólo es necesario remitirse exclusivamente al mito cananeo del chaoskampf…este mito también se encuentra presente en la Biblia, y más específicamente, relacionado con los festivales del Año Nuevo en el ciclo litúrgico del templo.

Un segundo punto de su análisis se da en la relación entre las dos siguientes preguntas: ¿la visión se refiere a acontecimientos celestiales o terrenos? ¿La identidad del Hijo del Hombre es celestial o terrena? La respuesta no es ni una ni la otra…los acontecimientos son simultáneos,  ocurren en el cielo y en la tierra, al modo como se describe en el Testamento de Moisés (10, 2ss) donde leemos: Entonces será investido el Enviado, que en lo más alto se encuentra establecido, y al punto los vengará de sus enemigos…La venganza de Dios se desarrolla en el cosmos así como en la tierra. De igual manera, más que un Hijo del hombre celestial o terreno, hay que pensar en una iconografía más compleja. El Hijo del hombre se relaciona con la figura de Adán previo al pecado, con Israel en su totalidad, con comunidades religiosas específicas, con justos destacados de la historia de Israel (Enoc, Noé, Melquisedec, Jacob, Moisés), y de manera particular, con una figura humana-angelical que reúne la realeza y el sumo sacerdote siguiendo el esquema de la antigua tradición de la angelificación humana (Nm 24,17; 2Sam 14,17.20; 19,27; Is 9,5; Zac 12,8; Mal 2,7; EsterLXX 15,4-19). El Hijo del hombre es humano a la vez que angelical. Ahora bien,  dentro de la compleja iconografía que representa el Hijo del hombre,  ¿quién representaría mejor este rol? ¿ Quién sería la figura humana-angelical que se acercaría al trono divino entre las nubes (incienso) y que representaría al pueblo de Israel y la condición adámica? C.Fletcher-Louis no duda en responder: el sumo sacerdote. Y continua el argumento diciendo que la figura humano-angelical del sumo sacerdote está ampliamente atestiguada en textos como La Carta de Aristeas 99, Eclo 50,6; Jub 31,13-15; 1QSb 4,25; 4Q511, 35; 4Q545, 17-18; Sab 18,15-18.21-24. La representación del pueblo se atestigua en el pectoral que viste el sumo sacerdote con los nombres de cada una de las tribus de Israel (Ex 28,9-10.21.29).  La condición adámica estaría, por último, atestiguada en los significados de los vestidos del sumo sacerdote (Ez 28,12-19; Eclo 49, 16ss) (ver: C.T. R. Hayward, The Jewish Temple: A non-biblical sourcerbook, 1996).  Es verdad que en Dn 7,14 se habla que al Hijo del hombre le es dado el dominio, la gloria y el reino, pero esto no nos debería asustar. En el segundo templo los atributos reales se relacionaban con el sumo sacerdote como queda atestiguado en el Eclo 50,1-4, y en numerosos ejemplos de la Apócrifa intertestamentaria.

Un tercer punto dice relación con lo que se nos dice en Dn 7, 2: “veía yo en mi visión de noche,cuatro vientos del cielo combatían en la gran mar”. Esta imagen es cercana al Gn 1,2 donde el caos se presenta como una fuerza que tiene que ser dominada u ordenada. De este caos, y de acuerdo a Dn, “cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían de la mar (Dn 7,3). Estas cuatro bestias son interpretadas alegóricamente por Babilonia, Media, Persia y Grecia…ahora bien, ¿cómo pudieron las tres primeras bestias (o imperios) surgir del mar si es que vinieron por el este (esto es por tierra)? ¿Cuál es el escenario que explica mejor la lucha entre el caos y el agente de Dios (el Hijo del hombre)? De nuevo C.Fletcher-Louis no duda en responder que es Jerusalén, el templo y Zión como montaña cósmica. Sabemos que en la cosmología hebrea Zión se constituía como el centro del cosmos, el pilar que unía el cielo y la tierra, el punto de encuentro entre Dios y su pueblo. Es aquí donde los enemigos de Dios son juzgados y destruidos (Ez 38-39; Joel 3//Zac 14), y es desde aquí que la fuerza creadora de Dios emerge (Zac 14,8; Joel 3,18; Ez 47). Más aún, el santo de los santos se entiende como el lugar donde se encuentra el trono de Dios. Además si atendemos al paralelo entre Dn 2 y Dn 7, tenemos que reconocer que en el capítulo segundo el cuarto reino es vencido por el reino eterno de Dios simbolizado por una roca que crece y llega a llenar toda la tierra (2,34-35. 44-45), clara alusión a Zión y su templo.

El artículo de C.Fletcher-Louis me parece muy iluminador para entender el contexto de Mc 13 y la alusión de Jesús como Hijo del hombre. 

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