Elementos Judíos del Testamento de los Doce Patriarcas



El Testamento de los doce patriarcas es un apócrifo interesante porque nos abre una ventana al judaísmo del tiempo de Jesús. Es verdad que tiene muchas interpolaciones cristianas, sin embargo no hay que dudar de su carácter esencialmente judío. En primer lugar consideremos la idea de la Tora que sostiene. Esta es bien cercana a ciertos círculos judíos como el del libro de los Jubileos en el sentido que la Tora tiene un alcanze universal  porque los patriarcas previos a Moises ya conducían su vida en relación a estos principios. Esta idea de que la Ley no es una innovación mosaica puesto que tiene un carácter previo y universal, definitivamente no es cristiana. Pablo estaría muy en contra de esta sugerencia (Gal 3,15-18). Tampoco sería cristiana la idea, sostenida a lo largo de toda la obra, que la conversión de los géntiles siempre ha de respetar los límites y privilegios del pueblo de Israel. Tomemos por ejemplo la visión del TestJud ( 25,3-5) que tiene un fuerte contenido judío: Habrá un solo pueblo del Señor y una lengua; no existirá ya el espíritu engañoso de Beliar...los que hayan muerto en la tristeza resucitarán en gozo, y los que hayan vivido en pobreza por el Señor se enriquecerán; los necesitados se hartarán; se fortalecerán los débiles, y los muertos por el Señor se despertarán a la vida. Los ciervos de Jacob correrán con gozo, y las águilas de Israel volarán con alegría...y todos los pueblos alabarán al Señor por siempre. Notemos también las múltiples referencias a la tradición enóquica que los cristianos no asumieron en tal medida (T. Dan 5: 6; T. Jud. 18: 1; T. Sim. 5: 4; T. Naph. 4: 1; T. Jos. 9: 1; T. Levi 10: 5; 14: 1; 16: 1; T. Benj. 9: 1).  El TestLev guarda relación con otro texto judío qumránico, el Leví arameo,  más que con cualquier otro texto cristiano. Y lo mismo sucede en general con la antropología de los testamentos, fuertemente dualista y en relación a los dos espíritus luchando en el corazón de las personas (4QS 3,13-4,26). Pensemos también que para los testamentos los patriarcas serán los que se alzarán en los últimos días para juzgar y gobernar al pueblo (T. Sim. 6: 7; T. Levi 18: 14; T. Jud. 25: 1; T. Zeb. 10: 1-4; T. Benj. 10: 6-10), lo que contradice abiertamente a Mt 19,28 cuando Jesús le promete lo mismo a sus discípulos. Y ni mencionar la absoluta ausencia de la idea de un mesianismo sacerdotal proveniente de la linea de Leví en la literatura cristiana.  Para más detalles:deSilva, David A. (2012-09-10). The Jewish Teachers of Jesus, James, and Jude: What Earliest Christianity Learned from the Apocrypha and Pseudepigrapha (p. 209). Oxford University Press. .

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